Nadie en su sano juicio niega que el desarrollo económico y social de un país esté íntimamente ligado con el nivel de formación de sus ciudadanos. Sólo personas bien formadas podrán ocupar los puestos en la empresa, o en la administración pública, en ocupaciones que, cada vez más son intensivas en conocimiento. El papel de la Universidad, y de las demás instituciones formativas, se convierte en un factor crítico crucial, aunque existen dudas de que las Universidades estén formando en las competencias que las empresas demandan.
28 junio, 2017 Leer más