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“Estamos ante una situación más compleja, multipolar y objetivamente peligrosa que durante la guerra fría porque no hay liderazgos claros”

Entrevista a Francisco Uría, socio responsable global de banca y mercados de capital de KPMG

El responsable global de banca y mercados de capital de KPMG, el alicantino Francisco Uría, cree que la provincia de Alicante en términos de infraestructura, capacidad de empresarios y la calidad de la mano de obra no tiene nada que envidiar a nadie, pero cree que hay que intentar dar respuesta a los retos que la economía alicantina tiene en su conjunto: la mejora de la productividad, el aprovechamiento de las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías, el aumento del tamaño y la internacionalización de la pequeña y la mediana empresa.

Uría ha analizado la situación actual desde el punto de vista geopolítico y desde el punto de vista macroeconómico a nivel global donde las fuertes tensiones geopolíticas se unen a una creciente polarización política en muchos estados, a la que deben enfrentarse gobiernos en ocasiones débiles, lo que les hace difícil acometer las reformas de largo plazo que necesitan las sociedades y las economías occidentales y, especialmente las europeas, con retos importantes asociados a la falta de competitividad, la escasa capacidad de innovación, el elevado endeudamiento, el rápido envejecimiento de la población, la sostenibilidad de las pensiones públicas y la calidad del empleo.

Pregunta. La situación geopolítica actual está más tensa que nunca y para intensificarlo más, se produce la invasión de drones rusos en el espacio aéreo polaco, ¿debemos preocuparnos por la situación actual?

Respuesta. La situación actual es compleja.  Existen actualmente varios conflictos armados abiertos muy importantes y de evolución difícilmente predecible. Conflictos que se producen tanto en Ucrania como en Oriente Medio y que, además de la tragedia que suponen en términos de vidas humanas, que obviamente es lo principal, son fuente de incertidumbre y de inestabilidad, con episodios, como el recientemente registrado en suelo polaco, que suponen, en sí mismos, un riesgo adicional. Si a ello le sumamos noticias recientes sobre actos de violencia individual de naturaleza política, probablemente conectados con la polarización de la sociedad que viene produciéndose en los últimos años, el panorama empieza a recordarnos a épocas terribles de la humanidad que creíamos tener ya superadas.

P. ¿Se puede equiparar la actual situación con la época de la Guerra Fría por la intensidad de las relaciones políticas y económicas? ¿O es excesiva esta comparación?

R. Desde el punto de vista geopolítico, está creciente polarización en bloques enfrentados, liderados por las grandes potencias mundiales, efectivamente trae en alguna medida el recuerdo de la Guerra Fría. Es cierto que las comparaciones tienen muchos matices. La Guerra Fría en su momento tenía una realidad física en forma de división con el Muro de Berlín y la situación actual tiene rasgos diferentes como la nueva relación de los Estados Unidos con sus socios occidentales. Lo militar, lo político, lo comercial y lo económico se entrecruzan, dando lugar a una situación muchísimo más compleja y multipolar que en la época de la guerra fría por la posición de los dos bloques donde el liderazgo de los bloques estaba muy claro y ahora no tanto. Es una situación con riesgos.

P. La situación es bastante compleja. ¿Se notan ya los efectos en los mercados?

R. Empieza a haber consecuencias. De un lado, se están viendo los primeros efectos de las medidas arancelarias provenientes de Estados Unidos que evidentemente está teniendo un impacto sobre el comercio internacional, sobre la producción y sobre las cadenas de suministro. Esta situación nos afecta a todos, aunque nuestra exposición directa a determinados mercados pueda ser menor a la de otros, pero lo que afecta a nuestros clientes terminará por afectarnos también a nosotros. Esta situación nos afecta en los bienes que importamos y exportamos en España y en la provincia de Alicante, como provincia exportadora que es, y que, al margen de afectar a nuestra capacidad de exportar puede incrementar la competencia de otros Estados afectados en mayor medida por los nuevos aranceles y que necesiten aumentar sus exportaciones a Europa. Esto no es sólo una opinión personal. Es pública la preocupación de los bancos centrales, manifestada en la reciente reunión de Jackson Hole, de que esta situación puede comenzar a restar puntos al crecimiento económico real, lo que tendrá un impacto real en la economía. A esto hay que añadirle la incertidumbre que generan los conflictos armados que tenemos abiertos y por supuesto tienen consecuencias económicas añadidas, como la ralentización del mercado de transacciones (M&A).

P. El Gobierno y organismos europeos han comentado en diferentes situaciones que la economía española es fuerte y que parece ser uno de los motores de la economía europea, por la intensidad del crecimiento, y no por los datos absolutos. ¿Cree que se mantendrá mucho tiempo así?

R. Desde el punto de vista objetivo, hay datos españoles como el crecimiento del PIB o la tasa de creación de empleo, que son más positivos que en otras geografías, pero esto no nos puede hacer caer en la autocomplacencia porque tenemos retos muy importantes como sociedad, entre los que destacaría algunos tan notorios como el envejecimiento de la población, la calidad del empleo, la vivienda, la formación de los jóvenes, el endeudamiento de las administraciones y el déficit público, o nuestro problema endémico de falta de productividad. Todos ellos son parámetros a los que hay que prestarle la debida atención. Es importante tener presente que lo más grave de los problemas económicos son sus efectos sociales. Esa es la verdadera amenaza. Son cuestiones que como sociedad nos enfrentamos y son retos a medio y largo plazo que están ya aquí. Tenemos como sociedad retos muy importantes y los datos macroeconómicos actuales, por positivos que sean, no nos pueden llevar a pensar que lo tenemos todo hecho y podemos relajarnos. Más bien todo lo contrario.

P. En intervenciones anteriores suyas y de otros reconocidos especialistas siempre se abordan las mismas problemáticas: empleo precario, sostenibilidad de las pensiones, innovación y productividad. ¿De verdad que no se ha producido ningún cambio al respecto en los últimos años?

R. Hay un problema que tenemos en occidente y no sólo en España, que es evidente. Afortunadamente tenemos regímenes democráticos y la consecuencia es que tenemos elecciones periódicas, y a pesar de tener todas las ventajas del mundo y no quisiera yo otro tipo de regímenes, tienen un inconveniente y es el riesgo de las políticas cortoplacistas, combinado con la capacidad de los políticos populistas, de uno y otro signo, de convertir en consignas, problemas muy complejos. En ese sentido, las sociedades occidentales se enfrentan a retos que exigen estrategias a medio y largo plazo y la política moderna se enfrenta mal a tomar decisiones y desarrollar estrategias a medio y largo plazo. Eso es algo que de alguna manera tenemos que resolver y que exigiría consensos políticos de amplio espectro y a largo plazo y no es eso lo que la política moderna, no sólo en España, sino en el resto de países, nos sugiere, sino que más bien nos habla de división, de polarización y de enfrentamiento.

P. Sin duda, esta tensión afecta a la economía interna. ¿De qué manera está afectando a la economía nacional y por ende a la provincial?

R. Yo creo ahora mismo que la mayor fuente de incertidumbre que tenemos, dejando al margen los conflictos bélicos a los que me he referido al comienzo, es el aterrizaje final de los aranceles, y, aunque se ha alcanzado un acuerdo entre Europa y los EEUU, que ya de por sí tiene sus consecuencias, afectará a unos sectores primero y luego al resto: se ha incrementado la dificultad de nuestras (europeas) exportaciones y se han facilitado las importaciones estadounidenses que anteriormente no tenían cabida en el mercado europeo como podían ser los bienes agrícolas. Además, tenemos la posibilidad de que ese acuerdo pueda ser revisado por parte norteamericana, ante cualquier situación, por ejemplo ante la multa que la Unión Europea le ha impuesto a Google. Un acuerdo con consecuencias y con el riesgo de que pueda no ser definitivo y se cree más incertidumbre y esto nos está afectando. Creo que todos los sectores de la economía española y por tanto, los de la provincia de Alicante, están midiendo ahora mismo las consecuencias del nuevo marco de aranceles. Y eso implica un esfuerzo muy imaginativo de pensar en nuevos mercados que puedan compensar esa pérdida. El mercado natural de España y de Alicante es la Unión Europea. Tenemos una exposición menor que varios de nuestros socios a la economía norteamericana, pero al final nos afectará si a ellos les va mal. Tenemos que pensar qué vamos a exportar y a quién, y van a aparecer nuevos competidores, como los propios EEUU que exportarán bienes ahora que hasta ahora tenían difícil cabida como la producción agrícola y la automoción en épocas anteriores. Las consecuencias se agravarán.

P. Me consta que las empresas ya están estudiando nuevos mercados para suplir ese retroceso, pero no es tarea fácil ni rápida.

R. La sustitución, siquiera parcial, del mercado norteamericano, sería muy compleja. Tiene un tamaño muy grande y el consumidor americano es un consumidor de alto nivel. Por eso entiendo la necesidad de la Comisión Europea de alcanzar un acuerdo que trata de mejorar la posición relativa de la Unión frente a otros competidores internacionales. No se trata sólo de los efectos directamente relacionados con el mercado norteamericano. Desde el momento en que se dificulta la entrada de productos extranjeros, esas exportaciones buscan otros mercados en los cuales pueden terminar compitiendo con los exportadores europeos. Además, tenemos que contar con otro factor y es que tenemos un euro que está sobrevalorado y eso contribuye a dificultar nuestras exportaciones. El elemento tipo de cambio es un factor que resta competitividad a las exportaciones europeas. Es cierto que España navega mejor que otros este momento porque la composición de nuestros mercados nos ha protegido en mayor medida gracias a la moneda común. Ahora mismo, los datos muestran una recuperación de nuestro consumo interno lo que compensa el menor brillo de nuestras exportaciones pero tendremos que ver si esto puede durar. Si las condiciones económicas internacionales no mejoran, la economía española puede perder el brío que ha mostrado hasta el momento. Se da la paradoja en un mundo que parece que hay vientos de desglobalización o fragmentación, pero, a la vez, la economía está más globalizada y más interconectada que nunca. Lo que ocurre en cualquier lugar del mundo nos afecta mucho más rápidamente que antes porque la tecnología nos conecta mucho más. Vivimos es una contradicción. Parece que lo geopolítico nos aleja, pero, por otro lado, cualquier cosa que ocurra tiene efectos inmediatos en nosotros.

P- ¿Cómo puede reaccionar el empresario ante esta situación de incertidumbre constante?

R. Hay un sector que no he mencionado aún, pero que es importantísimo para España y, sobre todo para Alicante, que es el turismo. Ha sido hasta ahora un factor que ha contribuido de manera muy positiva al crecimiento económico y a la creación de empleo y que empieza este año a ofrecer signos de menor crecimiento al pronosticado. Es un buen ejemplo. Estamos en un momento que el empresario tiene que intentar sustraerse del enorme ruido que hay. Y tiene que estar muy pendiente de los datos, de las consecuencias económicas de las corrientes comerciales y de los fenómenos globales, no para intentar adivinar lo que va a ocurrir, que es imposible, sino para dibujar escenarios que le lleven a planificar respuestas diferentes en función de la evolución de la situación. Cada empresario, mejor que nadie, es capaz de medir con sus propios datos como se están comportando sus costes de todo tipo y como se está comportando su capacidad de venta, de comercialización y de exportación. Los últimos 5 años han sido una permanente lección de adaptación y de flexibilidad. Estos años han sido tremendamente difíciles y los hemos navegado de manera bastante positiva y esto es lo que más confianza da a las empresas. En ese sentido, hay que mantener esa misma capacidad de adaptación y de moverse con rapidez. La tecnología va a desempeñar un papel fundamental, lo que no puede faltar en ningún análisis. Es evidentemente el momento de la inteligencia artificial. Todos los empresarios deben empezar a estudiar qué parte de su productividad y la mejora de su eficiencia puede venir de la mano de un mayor uso de la tecnología y en particular de la inteligencia artificial.

P. Dada su experiencia en los mercados globales, ¿hay algún mercado por explorar que haya estado olvidado por los españoles y que pueda ser un refugio actualmente?

R. En los últimos años, los empresarios españoles y los alicantinos, en particular, han encontrado nuevos mercados. Creo que en ese sentido se han hecho las cosas bien. La Unión Europea seguirá siendo nuestro mercado natural pero no es menos cierto que deben explorarse nuevos mercados y, para hacerlo, debe atenderse a la situación de sus economías y su potencial de crecimiento. En este sentido, algunas economías asiáticas, al margen de China, están teniendo un comportamiento muy positivo que puede crear oportunidades y, cada vez, son mayores los intercambios con países como Malasia, Indonesia y, por supuesto, Corea. No son mercados fáciles, pero hay que prestarles atención, aunque no sean nuestros mercados naturales. Incluso, más que pensar en un mercado concreto lo que más protege es la diversificación tratando de reducir el riesgo de concentración de las cadenas de suministro, de reducir la dependencia de productores y de mercados concretos porque la situación puede cambiar en cualquier momento y como hemos visto en los últimos años algo que se estaba recibiendo a un buen precio de un productor pasa a no estar disponible en las mismas condiciones. También deben tenerse en cuenta las oportunidades que ofrecerá el acuerdo de Europa con MERCOSUR una vez que esté definitivamente adoptado. Desde el punto de vista de la venta, cuanta más diversificación tienes, más protegido estás. Más que encontrar un mercado santuario hay que tener estrategias de diversificación.

P. Los informes que realiza INECA destacan que debemos estar pendientes del turismo porque ha comenzado a dar signos de pérdida de intensidad, derivado también por la situación actual de conflicto

R. Empieza a ver señales de que el turista internacional pierde interés y la moneda es un factor importante. No afecta a los miembros de la Unión Europea pero sí a un mercado tan importante para nosotros como el Reino Unido. Y ese aumento del valor del euro unido a la inflación derivada del aumento de costes -que en la restauración obedece tanto al incremento de precios del producto como a la  dificultad de encontrar mano de obra- hace que al final dé la sensación al turista internacional que España empieza a ser un país caro y se desplace a otros lugares. Es verdad que las tensiones geopolíticas que se producen en otras geografías han ayudado, pero ahora hay mercados alternativos que están creciendo y España y, sobre todo, Alicante deben estar muy pendientes de seguir siendo atractivos. No obstante, no debe dejar de decirse que si el número de visitantes se reduce pero el ingreso por cápita aumenta, es posible que eso pueda contribuir positivamente a la sostenibilidad del modelo.

P. No obstante, el trabajo que se realiza en el sector es encomiable

R. España y Alicante tienen una infraestructura hotelera magnífica y de gran calidad y comparados con otros territorios, tienes que irte a una gama alta para obtener la calidad que existe aquí a un precio medio. Tenemos retos importantes que solventar al respecto, como la percepción de masificación del turismo que resta percepción de calidad en el servicio. Es un reto que debemos conseguir gestionar. No es malo reducir el número de turistas que nos visitan, pero deben incrementar el gasto unitario y eso implica que debes incrementar la oferta de bienes y servicios que se ofrecen y crear oportunidades de gasto adicionales a los tradicionales. Y creo que en ese sentido Alicante tiene mucho que ofrecer en términos de salud, en infraestructuras deportivas …. y sé que los empresarios están ya trabajando en ello. Nada supera la capacidad de los empresarios de conocer sus mercados de lo que funciona.

P. La economía alicantina, como has mencionado, se parece a la española, Pero nos falta industria ¿Cuáles son los principales problemas que pueden afectar a la provincia para que estemos peor que el resto de España?

R. Creo que nosotros debemos pensar que las grandes cuestiones que afectan a los empresarios alicantinos tienen que ver con el posicionamiento de la economía europea y española en su conjunto. No me preocupa la competencia cercana. Creo que si Europa lo hace bien y España lo hace bien hay oportunidades para todos. Alicante tiene sus armas, tiene centros universitarios magníficos y tiene mucho que ofrecer. Alicante en términos de infraestructura, capacidad de empresarios y la calidad de la mano de obra no tiene nada que envidiar a nadie. Se trata de aprovechar las fortalezas. Siempre me ha admirado como alicantino la diversidad que tiene la economía y su capacidad de adaptación. Hay que intentar dar respuesta a los retos que la economía tiene en su conjunto: la mejora de la productividad, el aumento del tamaño y la internacionalización de la pequeña y mediana empresa, más que lamentarse por pensar en lo que no tenemos. Hay que aprovechar las oportunidades que existen para hacer frente a los deberes que tenemos pendientes para estar una mejor posición. Si la pyme evoluciona a una empresa de mayor tamaño más tecnológica con una mayor productividad casi todos los problemas que tiene nuestra economía se corregirían.

P. Podría describir cuáles son los principales retos de la provincia de Alicante, aunque como bien ha indicado son similares a los de España

R. Tenemos ante nosotros un gran reto. El fenómeno global que más se está desarrollando es la inteligencia artificial y como ésta va a ayudar a mejorar la eficiencia, la productividad y la rentabilidad de las empresas, pensando además qué tipo de talentos se necesita y qué cantidad de empleo y de mano de obra se va a necesitar. Tenemos que coexistir en un momento de desaparición del mercado laboral de un buen número de trabajadores, la generación de los baby-boomers, y la pregunta es hasta qué punto podemos compensar la necesidad de sustitución de esos trabajadores con lo que la tecnología nos puede ofrecer. El empleo de la tecnología plantea que puede haber reducción de costes entre el 20 o el 30%. Enormes retos para las economías, para las empresas y para las sociedades. Las sociedades que consigan alcanzar un balance mejor entre la tecnología y la inteligencia artificial sin crear tensiones tendrán un mejor futuro. Es absolutamente importante no equivocarse en la formación de los jóvenes porque obviamente empieza a dibujarse con mucha claridad el perfil de lo que se va necesitando que no es tan distinta a lo tradicional, pero con nuevas habilidades. Y es un enorme reto que tenemos como sociedad.

P. Al respecto, nuestros empresarios ya vienen demandando otro tipo de perfiles técnicos a los nuevos trabajadores y, al parecer, no consiguen encontrarlo

R. España tiene un problema histórico de lejanía entre la Universidad y la empresa que no ha conseguido resolver nunca. Y seguro que las culpas están muy repartidas, incluso las mías, que soy profesor desde hace años en la Universidad. Es una tarea pendiente. Creo que la formación profesional ha mejorado porque hemos sido capaces de aprender lo que ha funcionado en otros países, pero creo que nos queda tarea por hacer. Todo lo que contribuya el acercamiento entre la Universidad y la empresa será fundamental. Uno de los desafíos más importantes que tenemos planteados es la lucha global por el talento. El principal reto ahora es que una joven o un joven brillante alicantinos no encuentren posibilidades de desarrollo profesional en Alicante o en España en general. Por eso hay que generar proyectos atractivos que haga que jóvenes españoles desarrollen sus carreras con éxito aquí. Lo importante es que alguien ponga las luces largas e imagine un escenario a diez años vista (o aunque sólo fueran cinco) porque insisto, hay que darse cuenta que tenemos un fenómeno brutal ante nosotros como es la retirada de toda una generación de profesionales y la necesidad de sustituirlos por otros con la capacidad de aprovechar las ventajas de las nuevas tecnologías y esto es un reto que afectará a todas las profesiones sin excepción: que la tecnología no te sustituya, sino que te potencie. Ese debería ser el objetivo de nuestros jóvenes profesionales.

Susana de Juan
Directora de INECA