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Empleabilidad

Nadie en su sano juicio niega que el desarrollo económico y social de un país esté íntimamente ligado con el nivel de formación de sus ciudadanos. Sólo personas bien formadas podrán ocupar los puestos en la empresa, o en la administración pública, en ocupaciones que, cada vez más son intensivas en conocimiento. El papel de la Universidad, y de las demás instituciones formativas, se convierte en un factor crítico crucial, aunque existen dudas de que las Universidades estén formando en las competencias que las empresas demandan.

Nadie en su sano juicio niega que el desarrollo económico y social de un país esté íntimamente ligado con el nivel de formación de sus ciudadanos. Sólo personas bien formadas podrán ocupar los puestos en la empresa, o en la administración pública, en ocupaciones que, cada vez más son intensivas en conocimiento. El papel de la Universidad, y de las demás instituciones formativas, se convierte en un factor crítico crucial, aunque existen dudas de que las Universidades estén formando en las competencias que las empresas demandan.

Por otra parte, también se plantea a menudo otra cuestión, que es hasta qué punto las empresas son capaces de absorber a los profesionales que sal en de la Universidad. ¿Generan actividad que requiera el conocimiento especializado que puede proporcionar la Universidad? De lo contrario, se generaría un círculo vicioso: si los empleadores no demandan esas competencias, los centros de formación no las proporcionan, con lo que el nivel general de formación es bajo, y las empresas no progresan porque el factor humano del que se nutren está mal formado.

Para complicar más la cuestión, en determinados ambientes se oye decir que el rol de la Universidad no es formar para el empleo. Que la empleabilidad de sus graduados no es su objetivo prioritario. La Universidad está para dar una formación integral a la persona, dicen, más teórica que práctica, y no condicionada por las necesidades de las empresas, o de los emple adores, sean estos los que sean.

La consultora Everis acaba de publicar un excelente trabajo que arroja algo de luz sobre estas cuestiones. En una encuesta amplia, a responsables de contratación de 3.500 empresas, se analizan cuestiones tales como qué competencias están demandando las empresas, y en qué grado los graduados recién terminados alcanzan el desempeño esperado por los empleadores.

El análisis muestra que los contratados no alcanzan el nivel esperado. Pero las diferencias no son demasiado importantes, y además, se acortan año tras año. El informe analiza estas cuestiones en las diferentes carreras, en los diferentes sectores de empleo, y proporciona además rankings por Universidades. Interesante informe, que merece la pena consultar.